
La ausencia del diseñador gibraltareño al mando de Dior se ha hecho notar. Esta última colección dirigida provisionalmente por Bill Gaytten no ha entusiasmado ni ha brillado como lo hacían las anteriores colecciones de Dior. Los asistentes al desfiles, así como los medios que lo cubrían, han expresado su desaprobación y descontento por una colección que intentando imitar la teatralidad de Galliano no ha llegado a más que volúmenes exagerados, tocados geométricos con poco arte, colores que parecen combinados al azar y una puesta en escena inexistente.
Desde la dirección creativa de Dior se han apresurado a aclarar que Bill Gaytten no será el encargado de continuar el legado de Galliano al frente de Dior y que la elección del director creativo aun está en el aire.
En estos dias los Tribunales franceses están juzgando a Galliano por sus declaraciones antisemitas.
Aún se desconoce el veredicto de los tribunales, pero sobre la pasarela ya ha sido juzgado. Puede que no haya demostrado tener una personalidad digna de elogio pero lo que sí ha quedado sobradamente demostrado es que su creatividad e ingenio como diseñador son inimitables.
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